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  • ¡Silencio Bruno!

    ¡Silencio Bruno!

    Recientemente, en este caminar por el mundo del Coaching me pidieron que pensara con quien suelo tener conversaciones de manera más frecuente. Por supuesto pensé en mi esposo, en mis hijos, en mis compañeros de trabajo, entre otros. Analizando más allá, la respuesta era la menos evidente y la más lógica: conmigo mismo.

    Todo el día y en todo momento tenemos esa conversación interior que está presente y nos acompaña en cada instante de la vida, cuando estamos con otras personas, antes y después de tomar decisiones, con cada actividad que realizamos. No importa lo que hagamos, incluso si no estamos haciendo nada, literalmente estará ahí, a lo mejor para cuestionar exactamente eso. Esta voz nos acompaña desde que amanecemos hasta que anochecemos hasta el día en que decidimos tomar conciencia de su existencia. ¡En este momento, cada que aparece la podemos identificar y podemos tomar la decisión de escucharla o no!

    Pues bien, ayer, junto con mi familia nos repetimos la última película de Pixar Animation Studios, LUCA. Una obra que transmite muchos conceptos interesantes de analizar. ¡Qué capacidad para reflejar tantas realidades en las que vivimos! Por ejemplo, la mentalidad del ser humano para crear miedos y temores propios basados en leyendas y monstruos inexistentes o también la forma en que construimos prejuicios sobre otras personas y sus situaciones, como también el modo de retratar un caso de bullying de un chico que, por un temor personal, proyecta hacia otros ese hostigamiento. Todos esos ejemplos tranversalizados por una voz interior que de alguna manera es la que domina, toma las decisiones y tiene el control en muchos aspectos de nuestra vida. Por supuesto, este último detalle es el que llama mi atención. 

    Alberto, el mejor amigo de Luca bautiza a esa voz interior como «Bruno», y de una manera muy natural le cuenta a Luca que Bruno vive en su cabeza y que su objetivo es boicotearle permanentemente, y que, por tanto, la única manera de seguir hacia adelante y de concretar metas es callándola. Es así, como una de las frases más importantes y con mayor connotación de esta película es: ¡SILENCIO BRUNO! 

    Alberto es un personaje que vive en la soledad y que llevado por esa necesidad de compañía motiva a su nuevo amigo a lanzarse a vivir, a experimentar, a ir tras sus sueños, a literalmente salir del miedo y caminar hacia la valentía. Luca aprende magistralmente que cada vez que tiene miedo y no se atreve a dar el siguiente paso tiene que gritar a todo pulmón: ¡SILENCIO BRUNO! Y poco a poco ese grito se hace parte de él, generando un nuevo nivel de conciencia al respecto.

    Para todos aquellos que todavía no la han visto, pues les invito a verla. Para todos aquellos que ya escucharon esta frase a través de redes (que ya se viralizó), ahora ya saben cuál es su origen y qué hay detrás de ella.

    Desde el punto de vista del Coaching y del Juego Interior de Timothy Gallwey, Bruno representa ese Yo 1; mientras que el Yo 2 está representado por la conciencia, las acciones, la capacidad de experimentar, aprender, disfrutar y generar resultados.  El detalle de esto lo pueden ver en el artículo “Descubriendo «El Juego Interior»”, que con mucho cariño lo escribí en enero de este año.

    Curiosamente, navegando por diferentes metodologías de Coaching, y diferentes autores, esta conversación interna se encuentra retratada de diferentes maneras, y, sin embargo, siempre está presente:

    Por ejemplo, para Joseph O’Connor y Andrea Lages en su libro “Coaching the Brain”, la explicación desde la neurociencia está en la existencia del Sistema 1 y el Sistema 2.  El primero enfocado en respuestas rápidas e impulsivas y dominado principalmente por el sistema límbico (llamado comúnmente como nuestro cerebro reptiliano). El segundo aquel sistema reflexivo, analítico que se toma tiempo para la toma de decisiones basadas en hechos y establecido principalmente en el neocórtex. ¿Cuál es nuestro desafío de acuerdo con la neurociencia? Pues actuar en función de nuestra capacidad de análisis, generar conciencia sobre las emociones generadas por la amígdala, ubicada en el sistema límbico, e ir hacia la acción y permitir que nuestro Córtex Prefrontal actúe. Es decir, la amígdala y el sistema límbico son responsables del Yo 1 y el Córtex Prefrontal corresponde al Yo 2.

    El coaching ontológico no se queda atrás. Alfonso Espinosa S. y Carla Zarlenga R., en su libro Be Coach, El Lenguaje nos hablan sobre “Lo público y lo privado del lenguaje humano”. Su primera forma de identificar a esa voz interior es haciendo referencia al famoso Pepe Grillo de Pinocho; un insecto parlante que la representa y que muchas veces dice las cosas que no queremos escuchar o que no queremos que otros escuchen. El coaching ontológico lleva esta conversación interna a otro nivel, pues no solo es aquella voz que nos limita (Yo 1), sino que también está presente esa conversación basada en hechos (Yo 2) que nos permite identificar nuestras emociones y actuar sobre ellas, que nos permite identificar nuestros errores o equivocaciones y nos empuja a enmendarlos y a generar esas conversaciones tan importantes, que, aunque pueden ser incómodas, también pueden sanar y movilizarnos de un lugar a otro, que nos permite observar cada situación desde una perspectiva diferente y nos ayuda a generar afirmaciones y datos para sostener y/o dar de baja juicios y creencias con los que vivimos día a día. Alfonso y Carla describen estas conversaciones como públicas o privadas, siendo la columna izquierda la que retrata esta conversación privada y la derecha la que retrata la conversación pública.

    Cada explicación entregada por los diferentes autores llega al mismo fin. ¿Cómo generamos otro nivel de conciencia? ¿Cómo aprendemos a dominar esa voz interior que puede detenernos? ¿Cómo identificamos esa conversación privada que nos mueve a la acción? ¿Cómo nos abrimos a nuevas opciones, nuevas posibilidades, nuevos caminos? ¿Cómo damos un siguiente paso para ir hacia ese objetivo tan añorado?

    Empecemos por reconocer aquello que nos detiene y nos limita y demos pequeños pasos hacia la acción, la generación de nuevas experiencias, el aprendizaje y el disfrutar de cada momento de la vida.

    Mi invitación el día de hoy, a que identifiques esa voz interior que te limita, la bautices y la detengas así cómo Luca lo logró a través de gritar: ¡SILENCIO BRUNO!

    Ana Cristina de la Torre, 02 de octubre de 2021

    «Meditación», Acuarela y Plumilla (40 cm x 30 cm). Autor: Mae de la Torre, Quito – Ecuador.

  • Crisis

    Crisis

    En este nuevo recorrido de formación para convertirme en Coach Ontológico, uno de mis aprendizajes más recientes me permitió profundizar el concepto del lenguaje. ¿Qué es el lenguaje? ¿Cómo nos define el lenguaje?

    Me pareció fascinante comprender que de hecho éste nos define. ¿Acaso el lenguaje define nuestros pensamientos o son nuestros pensamientos los que definen nuestro lenguaje? ¡Interesante!  De la misma manera como el cerebro genera un hábito con las múltiples acciones que realizamos en el día a día, lo mismo hace con nuestros pensamientos.  Entonces, si nuestro lenguaje genera pensamientos o nuestros pensamientos generan lenguaje, ¿de qué depende que podamos habituar al cerebro a pensar de una manera u otra? 

    Mientras más aprendizajes adquirimos a través de múltiples fuentes como la lectura, la escritura, la formación personal y profesional, las artes, etc., más distinciones podremos conquistar para comprender el mundo con una mirada diferente; para generar nuevos pensamientos y validar nuestras creencias, modificarlas o crear otras, para expresarnos diferente, para actuar bajo novedosas premisas y por consecuencia para generar acciones y hábitos que definirán quien es mi nuevo ser.

    “Cada vez que distinguimos algo nuevo, ganamos un aprendizaje, ampliamos nuestro repertorio lingüístico, extendemos nuestra mirada del mundo, nuestra capacidad de acción”

    2019 Alfonso Espinosa Serrano y Carla Zarlenga, Colección Be Coach, El Lenguaje

    Alguna vez, hace mucho tiempo atrás me mostraron un símbolo chino, un ideograma, para explicarme que en ese idioma, la palabra «crisis» como nosotros la concebimos, no existe. 

    ¿Qué se te viene a la mente cuando decimos crisis? Probablemente está atada a emociones negativas. Hoy por hoy, la pandemia en la que estamos inmersos ha generado una “crisis global”, definida por problemas sociales, económicos, de salud, etc.  La misma Real Academia de la Lengua da siete significados a la palabra, de los cuales normalmente nosotros nos identificamos con:

    “Situación mala o difícil”, o en el contexto político indican “Reducción en la tasa de crecimiento de la producción de una economía”, o en el contexto de salud lo denominan “Intensificación brusca de los síntomas de una enfermedad”. 

    Pues bien, claramente podemos denotar que en estas tres definiciones nuestra lengua, el español, ata el significado de crisis a consecuencias negativas. Nuestras distinciones sobre este concepto nos llevan siempre a relacionar crisis con peligro, con efectos negativos, generando posiblemente ansiedad o miedo.

    Así que, volviendo al símbolo chino, para ellos no existe la palabra “crisis” como tal.  Para ellos el símbolo en chino tradicional es el siguiente:

    Traducido a nuestra lengua, este se conforma por dos palabras que nosotros las identificamos de la siguiente manera:

    ¿Qué quiere decir esto? Que, desde su distinción, en el lenguaje chino cuando ocurre un cambio profundo, un suceso con posibles consecuencias profundas, su mirada estará enfocada en cómo encontrar la oportunidad en dicha situación y sus pensamientos y acciones estarán alineados al momento crucial, a la toma de decisión para salir de esa amenaza o peligro. Esta distinción marca su forma de actuar. En lugar de paralizarse en el miedo, la ansiedad o la frustración, de inmediato los lleva a la valentía generando aprendizajes y oportunidades.  Sin irnos muy lejos, un ejemplo claro y reciente es la pandemia. China es el país que la originó y quien tiene la situación controlada. De hecho, sus vacunas ya están alrededor del mundo y siguen generando oportunidades para los suyos, alrededor de esta situación.

    Entonces, te invito a pensar que significado le quieres dar a la palabra “crisis”. ¿Te animas a verla desde una nueva perspectiva?

    Recuerda que siempre tendremos dos opciones.  De ti depende decidir cuál camino tomar, que pensamientos mantener, que acciones seguir y que hábitos alimentar.

    ¡Que hoy sea una verdadera oportunidad de vida para ti!

    Ana Cristina de la Torre – Julio, 2021.